lunes, 25 de octubre de 2021

WITTGENSTEIN y PAUL RICOEUR, LA BÚSQUEDA DEL SÍMBOLO EN EL LENGUAJE Y LA FILOSOFÍA

 


 


El presente trabajo tiene como objetivo establecer los diferentes rasgos y diferencia existentes  entre las posturas de ambos pensadores, de manera paralela y mediante una metodología comparativa. Esto con el objeto de dilucidar los aspectos más resaltantes de sus respectivas teorías; para ello, en un primer momento realizaremos el análisis de cada uno de ellos, para luego confrontar sus ideas y posturas, finalmente, concluir cuáles fueron sus aportes más significativos y la influencia que tuvieron desde la filosofía en cuanto al lenguaje se refiere. Dicha elaboración se desarrollará bajo la mirada de los textos referenciados en el apartado de referencias bibliográficas.

En un primer momento tenemos a Ludwig Wittgenstein, quién trata de establecer unas relaciones proposicionales entre los objetos y desde allí, a través de un estudio lógico del lenguaje, establecer entre los símbolos aquellas semejanzas o significados que estos tienen, sobre todo uno con relación al otro y estos con relación a los demás (esto resume la relación intrínseca entre el juego y las palabras en relación con su significado). “El signo proposicional consiste en que sus elementos, las palabras, se relacionan unos con otros de manera determinada” (Mena, 2013 p.26)

 Uno de los principales aportes realizados por este pensador consiste en comprender que el lenguaje puede estudiarse a través de estructuras, pero estas deben subdividirse para poder llegar al significado central de las palabras y todo el fenómeno simbólico que ocurre a través de ellas, así como los imaginarios que le son propios, obedecen  a la forma cómo culturalmente los concebimos y por ende los nombramos, desde allí la relación que establece entre filosofía y lenguaje.

Una proposición es verdadera cuando se corresponde con la realidad, cuando la representa, en esta relación subyace un punto común entre el mundo y el lenguaje: la lógica, que al mismo tiempo cobra un matiz particular, pues aunque es un punto común entre el lenguaje y el mundo no puede asumirse en rigor como pate constitutiva de algunos de ellos (Mena, 2013 p.26).

 

Sobre este autor debe decirse que sus estudiosos hablan de un primer Wittgenstein y un segundo; con esto se quiere hacer un énfasis en la forma como sus percepciones acerca del lenguaje van sufriendo cambios en la medida que determinadas acciones en su vida le cambian la perspectiva inicial que tenía; en un principio observamos a este autor que ve el lenguaje como una figura de la realidad y que por tanto actúa mediante un complejo mundo de proposiciones las cuales según sus relaciones lógicas intrínsecas explican la naturaleza misma de la verdad desde un punto de vista lógico, algo que llamaron positivismo lógico, el cual busca ser el lenguaje comprobable desde la ciencia. El segundo Wittgenstein  hace referencia a un hombre que observa el lenguaje como un juego y, las relaciones que se dan a través de nombrar los objetos, no son más que combinaciones de estos juegos, lo cual significa que para él la palabra tiene un significado, pero ese significado es a la vez una relación que existe de este significado con otras palabras, es decir, que en el juego de palabras para nombrar las cosas unas pueden obtener y derivar sus nombres y propiedades de otras, y por tanto él dice que son incontables los juegos del lenguaje. Por lo tanto este pensador asegura que la importancia de un lenguaje no radica en buscar sus estructuras lógicas sino en la forma cómo los hablantes utilizan el léxico, las palabras y la relación que tienen con el lenguaje para nombrar las cosas.

 

Hablar de Paul Ricoeur es referirnos al estudio del lenguaje a través de la hermenéutica y de la filosofía. Sus búsquedas están en encontrar el poder del símbolo a través de la expresión del pensamiento. Es por ello que para este pensador la filosofía, pero principalmente la metodología hermenéutica, es aquella encargada de develar los problemas del lenguaje, los cuales él piensa que están cifrados en esa extraña amalgama entre la razón y la mística, es decir, para él el lenguaje es una forma lógica de explicar todas las sensaciones que tiene el ser, las principales preguntas sobre su existencia, las razones que lo tienen sujeto al presente y a la vida, preguntas como esas, según nuestro pensador, hacen posible que gracias al lenguaje, podemos decir que este se estructura y se conforma de manera implícita, es decir, que se convierte en una expresión de la cultura y de los símbolos y la relación que tiene una determinada comunidad con los objetos y fenómenos que le rodean. El autor trata de fijar una cierta distancia entre quién escucha y quién habla, porque para él lo importante es el ser que se expresa en un mundo de símbolos y de imaginarios que le son propios gracias a la cultura en la cual vive.

El problema del lenguaje no es nada nuevo de la filosofía ni en el mundo real; de hecho, es el instrumento fundamental de la relación del sujeto con el mundo, del ser con el ser, y además es la mediación perfecta entre lo subjetivo y lo objetivo. No se trata de elaborar una rigurosa genealogía ni del término ni de su contexto, sino del significado y significante para un posible contexto filosófico (Cordero, 2013 p.4).

Ambos autores observan en el lenguaje la capacidad de representación y de simbolizar todas aquellas realidades individuales y colectivas que nuestra cultura ha ido tejiendo a través del tiempo, ambos se preocupan por adivinar o intuir cuál es la estructura de nuestro lenguaje y bajo qué rutas siguen ciertos modelos y dinámicas exprsivas, es decir, conocer acerca dellelnguaje cuál es su búsqueda final y qué le proporciona el lenguaje al ser humano como medio de referencia entre su realidad cercana y la realidad de su entorno. Pero se diferencian sus posturas cuando en el momento de buscar la estructura y la razón del lenguaje se refiere, a pesar que para ambos el lenguaje obedece a una búsqueda fenomenológica, la forma cómo hallan sus respuestas difieren metodológicamente.

Para Wittgenstein, sSu búsqueda de lenguaje se centra en la capacidad que tenemos los seres humanos de jugar con el lenguaje y de adquirir a través del múltiples formas de representación y de relación que establecemos a través del lenguaje con las cosas, fenómenos y objetos que nos rodean. Es por eso que la filosofía debe garantizar la respuesta a los diferentes preguntas y problemas que surjan en el momento de asumir en el lenguaje una explicación y una referencia de la realidad en la que se vive. En ese sentido la filosofía adquiere un papel clarificador entre los conceptos nombres y formas que tenemos de enunciar sentimientos, acciones y cosas.

El principal hallazgo que hace Paul Ricouer Consiste en combinar la hermenéutica interpretativa con la descripción fenomenológica, esto quiere decir que sus búsquedas para responder el lenguaje lo hace desde las motivaciones filosóficas que tiene el ser para preguntarse sobre las tantas situaciones de su existencia. Entonces lo que hace es combinar la reflexión interna de textos y el lenguaje mismo para de esta manera explicar los fenómenos de la existencia y cómo estos son interpretados, analizados y resignificados gracias al lenguaje, y gracias a este mismo, adquieren un valor y un poder para una determinada cultura colectiva o individual.

Para concluir debe decirse que ambos filósofos aportaron desde sus concepciones a una nueva relación con el lenguaje, es decir, que desde los imaginarios propios y colectivos y la forma que el hombre adquiere de interactuar con el mundo que lo rodea le da también la posibilidad de poseer un lenguaje propio y que éste responda a las situaciones que sólo le son posibles resolver a través de la relación que puede encontrarse entre el hombre y el mundo exterior, la cual solo puede darse a través de su lenguaje y este lenguaje puede estructurarse tanto desde un orden lógico y de relación jerárquica entre los elementos propios que encuentran su referencia en la realidad.  Aunque también se puede desarrollar como un juego, como la búsqueda de un significado personal o colectivo; estás teorías nos explican cómo el lenguaje puede estudiarse desde una composición lógica y estructurada desde sus propias bases y en relación con el orden jerárquico que tiene el mundo externo sobre nosotros, pero también nos dice que el lenguaje puede ser fruto de un juego del encuentro y la relación que establece un individuo con el mundo que le rodea y las formas que tiene un colectivo de nombrar las cosas de identificarse con ellas y de establecer una relación

 

Referencias

Cordero*, W. R. (2013). Paul Ricœur: la subjetividad como acción y hermenéutica. Cuadernos de filosofía latinoamericana, 18.

Mena, D. E. (2013). Ludwig Wittgenstein . Medellín: Universidad Luis Amigó.

Tamayo Valencia, Alfonso (s.f). Enfoques en la filosofía del elnguaje en Ludwig Wittgenstein . Universidad pedgógica de Colombia

Ricoeur, Paul Fé y Filosofía (2008). Prometeo Libros

 

 

 

 

 



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