"para vivir hay que escuchar el eco de las
cosas"
Manuel Mejía Vallejo
Tonos
grisáceos
Análisis
de la importancia de la obra Cartas a Théo de Vincent Van Gogh dentro de la historia del arte y la sociedad
artística de la época
Introducción
La obra Cartas a Théo del
pintor holandés Vincent Van Gogh representa un ícono dentro de la historia universal del arte; allí, el en
vida poco reconocido artista, escribe a su hermano Théo quien además de pintor
y coleccionista se dedica al comercio de obras artísticas, en las cartas se
observa la impresión que del mundo y de la vida tiene el autor así como la
influencia que recibe de otros artistas y la forma cómo su texto sirve para rastrear
el arte pictórico de la época. ¿De qué manera puede esta obra poner al investigador
de arte en víspera de rastrear el arte pictórico de ese entonces? El desarrollo
de esta problemática se desarrollará a través de dos tópicos, el primero serán
los elementos de los que disponen las
cartas para conocer de qué manera se desarrolla la pintura en los contextos
en los que participa activamente el autor y, el otro tópico, será con el que se
demuestra la forma cómo a través de la obra se evidencia el desarrollo de
técnicas y la utilización del color y de las formas en la época en que son
escritas las cartas de voz misma del autor.
Las
Cartas, que son escritas entre el año 1875 y 1890,
contienen material muy selecto en el que
se da cuenta de la manera cómo va progresando el desarrollo de la pintura en el
contexto mismo del artista, según los lugares donde vive. En ellas quedan consignados
elementos que pasan a construir parte del conocimiento que del arte de aquel
tiempo tiene la sociedad contemporánea
y de los principales movimientos de aquel entonces, los conceptos que se
tenían de la luz, y lo necesario que se hacía salir de los talleres y encontrar
la pintura a través de la luz real, la que está en los campos y en las
ciudades, no dentro de los talleres, esta es quizá una de las importantes pesquisas que, en
su mente, tienen los artistas
de la época, como por ejemplo: Para obtener algo cálido, hay que ir con calor; sino no se ahuyenta
fácil el frío. Esto que llama luminosidad es el mezquino tono de taller, donde no se ve jamás ni el alba ni
el crepúsculo (Gogh, 2002) . También se hace
notorio, en el artista, el encuentro con las formas y su estudio minucioso a
través dela teoría de aquel entonces, donde las búsquedas personales del autor
son, en ese momento, búsquedas colectivas de las aristas de la época: Los antiguos no han admitido más que tres
colores primarios, el amarillo, el azul y el rojo, y los pintores modernos no
admiten otros. En efecto estos tres colores son los únicos indescomponibles e
irreductibles (Gogh, 2002) .
Así como se supone que la
obra representa algunas facetas de la dimensión artística de la pintura,
también circunscribe ciertas técnicas que aún hoy siguen siendo utilizadas, a
muchas de ellas llegaba por accidente o ingenio el propio Vincent, otras eran
meras transcripciones de textos de Teoría del color que llegaban a manos de
Vincent y quien en cartas las daba a
conocer as u hermano Théo; la obra ofrece elementos para evidenciar el avance
de ciertas técnicas y conocimientos de ese entonces que siguen hoy vigentes y la importancia que
ciertos avances tuvieron en el estudio riguroso de la pintura, es el caso de
este estudio de gamas:
Así
pues, el luminoso y el pardo, el tono por lo que, respecta del valor, está en
proporción directa con esta cuarta gama del blanco negro:
Gama
1 del amarillo al violeta
Gama
2 Del rojo al verde
Gama
3 Del azulal anaranjado
Suma:
una 4ta Gama (la de los tonos neutros, rojo + azul + amarillo)
Del
blanco (rojo + azul + la extrema luz)
Al
negro (rojo + azul + amarillo, el negro extremo) (Gogh, 2002)
A Vincent Van Gohg se le ve al interior de la obra
más como un estudioso que como un artista, alguien que se encuentra en
constante investigación no solo de manera personal sino con los colegas que
tiene cerca, a los cuales visita y d elos cuales se nutre, por ejemplo: He
visto en Amsterdam dos cuadros de Israels (…) He encontrado las dos obras
maravillosas. Los pintores auténticos son aquellos que se basan por esta
conciencia a la que denominamos sentimiento y que se mantiene al margen de
palabras vacías (Gogh, 2002) .
Las Cartas a Théo son un
material al que se debe recurrir en el momento de abordar el tema de la
historia del arte, en especial el de la pintura; dicho texto, elaborado en vida
de su autor durante el siglo diecinueve, registra elementos que permiten conocer
el avance de dicha manifestación
artística tanto desde la perspectiva del autor como de los movimientos
artísticos que en ese entonces tuvieron lugar en Europa, la perspectiva que el
autor muestra a través de Las Cartas
permiten hacer una interpretación de la sociedad de la época y muy
especialmente de los artistas de aquel tiempo. Se deja a consideración del
lector nuevas lecturas a través de un texto que, con una riqueza literaria
enorme, nos deja a disposición una especie de tratado para adentrarnos en la
historia de la época.
Bibliografía
Gogh, V. V. (2002). Cartas a Théo. Barcelona:
Edicomunicación.
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