A PROPÓSITO DEL PLANETA
Envenena
el río y él te envenenará a ti
(Anónimo)
Celebrar
la tierra es el conjurar el rito que todos los días deambula por nuestros
sentidos. Ese cúmulo múltiple y diverso de colores, olores y emociones en los
cuales se regocija el espíritu humano, son la demostración del poder que lo
natural ejerce en nuestra psique. Pero detrás de todo este universo contemplativo,
ha existido un conflicto en la sociedad humana con respecto a ese lugar donde
habitamos y del que extraemos todo lo que nos es útil en el nivel material.
Saber que la conciencia sobre la necesidad de proteger la tierra y la innumerable
variedad de ecosistemas que en ella se relacionan, es algo nuevo, representa el
paradigma de nuestros días: deterioro natural vs desarrollo económico y social.
Fue
apenas en 1970 cuando personas y organizaciones del país que más ha aportado a
la devastación planetaria (USA) se reunieron y quisieron llamar la atención del
mundo sobre una problemática que a todos atañe y de la cual pocos se hacen
cargo. A pesar de ello, los problemas van más allá del aire sucio, el agua
tóxica, y los agujeros en la capa de ozono, es una problemática que debemos
empezar a resolver como individuos, en los lugares y territorios que habitemos,
pues como relata un artículo de Nat Geo “A medida que nos
industrializamos, nuestras cadenas de abastecimiento se van haciendo menos
transparentes, por lo que las consecuencias de nuestras acciones sobre el medio
ambiente son más difíciles de entender”.
Como
relata el periódico El Universal de México “Los incendios en
Australia y Estados Unidos, altas temperaturas, sequías, derrames
de petróleo u otros químicos en mares y ríos, entre
otros desastres” hacen parte de los fenómenos que, en vista de mejorar la
producción para el consumo mundial, han desbordado sus alcances a costa del
deterioro ambiental. Lo cual genera problemas en ecosistemas terrestres, aéreos
y acuáticos. Una cadena de sucesos lamentables que cada día nos deja con menos
especies de flora y fauna en los diferentes continentes que pueblan el planeta.
De
acuerdo con el Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente, los humanos registran una
nueva enfermedad infecciosa cada 4 meses; de estas enfermedades, el 75%
provienen de animales. Por lo tanto, es importante promover la protección del medio ambiente,
los animales y
los ecosistemas, pues es la
única manera de salvar nuestro planeta.
Algunos
breves tips y consejos que nos dan para perdurar en la cocientización del
cambio producido por la mano del hombre en la naturaleza pueden ser:
1. Cambiar las lámparas
incandescentes por las lámparas de bajo consumo.
2. Desconectar aparatos
electrónicos y consumir menos electricidad.
3.
Enseñar a las niñas y niños a apreciar y a cuidar a la naturaleza.
4. Reflexionar sobre el
impacto de las acciones humanas en el medio ambiente.
5. Evitar el consumo de
carne, alimentos procesados y contemplar una dieta vegetariana.
Según informes de las Naciones Unidas “Los océanos se llenan de plásticos y se vuelven más ácidos.
El calor extremo, los incendios forestales y las inundaciones, así como una
temporada de huracanes en el Atlántico que ha batido récords, han afectado a
millones de personas. los cambios
provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban
la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la
producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida
silvestre, pueden aumentar el contacto y la transmisión de enfermedades
infecciosas de animales a humanos “
Palabras más palabras menos, esto sugiere que la sociedad
humana actual es la llamada a generar un cambio en las dinámicas de relación
con el medio amiente y las diferentes fuentes de vida y de recursos naturales
que no estarán a nuestro servicio para siempre. También las UN advierten que
“una nueva enfermedad infecciosa emerge en los humanos cada 4 meses. De estas
enfermedades, el 75% provienen de animales. Esto muestra las estrechas relaciones entre la salud
humana, animal y ambiental.” Es decir que la cuestión no es solo de
autocuidado, sino de entender los alcances que nuestras prácticas humanas tiene
al momento de analizar la situación biológica de las especies que habitamos el
planeta.
Por ello se resalta en el documento de UN que “Los vínculos
específicos entre la salud y la biodiversidad incluyen posibles impactos en la
nutrición, la investigación sanitaria y la medicina tradicional, la generación
de nuevas enfermedades infecciosas y cambios significativos en la distribución
de plantas, patógenos, animales e incluso asentamientos humanos, algo que puede
ser alentado debido al cambio climático”.
Para concluir, resta decir que el ciclo de la vida compromete
a todos los seres vivos y los recursos existentes en los medios naturales. En
dicha cadena estamos los humanos en la cima del proceso consumista, es nuestra
la labor como especie e individuos de fortalecer desde los pequeños entornos
(nuestros hogares) y desde los territorios que habitamos prácticas que no ponga
en riesgo la vida de ninguna especie. No es tarde, nunca es tarde, la solución
es mejorar nuestras ´prácticas y relaciones con el ser vivo que llamamos
Planeta Tierra.
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